miércoles, 27 de marzo de 2013

Juan

Pongamos un caso: Juan, 27 años, residente de cuenca, complexión física normal, ojos verdes, castaño, trabajador desde los 20, se considera solidario, generalmente feliz, amigo de sus amigos, pensador como el que más, imaginativo sin fin. Vale ya conocéis a Juan, peeeero, Juan nos os conoce a vosotros, a priori dato poco relevante, incluso estúpido, no? Juan es imaginario! , Pero bueno es así,  lo conocéis, pero vosotros a él no, ok?  Seguimos… como os comentaba, Juan siempre está dándole vueltas al coco, pensando cosas, no puede parar! Es un vicio para él, pero ¿En qué piensa? Sus pensamientos siempre buscan el intentar ser feliz, pero no lo hace de una manera para directa para él, siempre busca un medio con el que conseguir su fin: una sonrisa, una lágrima (de las buenas, eh?), un abrazo, un beso, etc… solo busca eso, no busca un gracias, ni busca un feedback. Muchas veces en el camino a la consecución de ese fin, se encuentra obstáculos que truncan sus planes, que…hablando mal y pronto “le joden”, porque el van con toda su buena voluntad y sus medios no se dan cuentan. Juan tiene un problema muy grande, le cuesta mucho hablar porque aguanta y aguanta para ver si consigue su fin, esa lágrima, esa sonrisa, ese abrazo o ese beso, pero muchas veces ese momento de “aguante” se hace eterno y provoca todo lo contrario de lo que quería conseguir, con todo en negativo en vez de positivo. Aquí hay que recalcar que Juan tiene un problema aún mayor ¿Lo veis? Si es así, por favor haced por conocer a Juan y se lo explicáis porque yo no consigo hacerlo entrar en razón, siempre me salta con lo mismo “soy así, es mi forma de ser, y corro mis riesgos por ser así, pero cuando consigo el fin..merece la pena todos los palos dados por el camino”