domingo, 3 de febrero de 2013

LA LOCOMOTORA

Desde que empecé a leer a Jorge Bucay, tengo una gran fijación por los cuentos, siempre me han gustado mucho, por ello os enseño uno que espero que os guste, se llama "La Locomotora" :

LA LOCOMOTORA 
Erase una vez un pequeña locomotora, de muy poca edad, último modelo de la época, de las más veloces y eficaces máquinas de ese entonces,  la gente y la prensa hablaba de ella como lo más revolucionario jamás ocurrido en el continente: "La velocidad jamás vista", "Sensaciones nunca experimentadas", "Fuertes emociones", "Experiencias inolvidables" , esos eran los comentarios que estaban en boca de todo el mundo que habría disfrutado de esta máquina, por cierto, su nombre "Corazón".
Fiable, robusta y veloz eran sus características principales, fue el foco de los medios durante mucho tiempo, pero esta máquina era muy diferentes a las demás, ya que su artesano, le puso tanto cariño a su elaboración que era capaz de tener sentimientos, se le notaba felicidad en sus trayectos y tristeza en sus descansos, animado cuando iba repleto de viajeros y cabizbajo cuando apenas viajaba gente. Un día, la gente empezó a usar otros transportes y Corazón pasaba más tiempo parado que en movimiento con lo que ello suponía, cuando intentaban echarlo a andar a penas cogía velocidad; su maquinista preocupado pensaba que qué podría ser: "si usamos el mismo carbón que siempre!!" exclamaban entre el personal de esta gran máquina, hasta que poco a poco se quedó parada durante mucho tiempo, oxidándose en el olvido.
Un joven maquinista, recién incorporado a la estación, no se podía creer que tenían parado a "Corazón", esa gran locomotora que ocupó las primeras páginas de tantos periódicos de años atrás, cuando estudiaba para conseguir este trabajo, tenía todo su cuarto lleno de recortes de periódicos de esta gran máquina. Todos los días al trabajar su jornada, se adentraba en ella y revisaba cada rincón de la misma, inspeccionaba todos los elementos y aprovechaba para limpiarlos y sacarle brillo, y se preguntaba una y otra vez que como podía estar parado: ¡¡No acepta ningún tipo de carbón, su sistema de alimentación se averió!! , le gritaba un maquinista mayor que tripuló el Corazón en sus últimos años. Al día siguiente cuando volvió a terminar su turno, volvió a montarse en corazón, esta vez con las herramientas suficientes para poder limpiar todo el conducto por donde se alimentaba a corazón, herramientas que junto a mucha paciencia, insistencia y pasión consiguió poder dejar limpio todo el conducto, todo listo para al día siguiente probar un nuevo carbón, este chico llamaba a este tipo de carbón "Ilusión".
Deseaba que llegase las 15:00 para como cada día acabar sus labores en el trabajo y poder dedicarle tiempo a "Corazón", sacó de su taquilla un gran saco de "Ilusión" , fue corriendo a la locomotora, abrió el circuito de alimentación y hecho un gran puñado de este nuevo combustible, lo sopló con fuerza para que cogiese bien, y cuál fue su sorpresa cuando vio que empezó a moverse, notaba esa felicidad que se sentía que emitía Corazón, tal y como comentaban sus antiguos maquinistas.
El joven trabajador, partió con Corazón, en un viaje donde se transmitía mucha felicidad y donde todo era movido por la ILUSIÓN.
¿¿El destino?? ... No le importaba

Autor. Daniel Díaz

P.S: Siempre había querido escribir un cuento pero nunca había estado lo suficientemente inspirado. Que lo haya escrito ahora no es casualidad, sin la aparición de cierta persona en mi vida no se me hubiese ocurrido este texto el cual asemejo mucho con la situación que estoy pasando, por lo que, este, mi primer cuento, va dedicado a ti :) , GRACIAS

1 comentario:

NeooS dijo...

Que casualidad..ha coincidido mi primer cuento con mi entrada nº 100 en este blog :)